El año comienza envuelto en un torbellino de especulaciones y terror por la crisis económica mundial. Los diarios sólo transmiten malas noticias económicas. En la televisión se observan mendigos, casas abandonadas, y empleados secuestrando en sus propias empresas a los ejecutivos que antes los dirigían. Datos de ganancias pésimos, datos de pérdidas, datos de quiebras.
Termina otro año
El 2008 está finalizando. ¡Qué año movido!. Cuántas cosas se hicieron, cuántas ocurrieron, cuántas empezaron para bien o para mal. Será recordado como el año de la «crisis», pero para mí será el año que recordaré por todo lo que he mejorado y cambiado en mi vida.
¿Qué es un fin de año?. Sólo la excusa para reunirnos, para suspirar por lo que nos pasó, por lo que hicimos y dejamos de hacer.
Una cuestión personal
En esta nota trataré un tema realmente trascendental. Un asunto crucial para responder las más profundas cuestiones del Universo. Algo con lo que todos mis alumnos, amigos, conocidos y parientes me han machacado siempre el yunque de mi oido, haciendo uso de eso que los anatomistas han dado en llamar «martillo» pero que no se parece en nada a un martillo real; por supuesto que el yunque tampoco se parece en nada a un yunque, pero no hay nada por hacer contra la imaginación de esos grandes estudiosos de la anatomía.