En esta nota trataré un tema realmente trascendental. Un asunto crucial para responder las más profundas cuestiones del Universo. Algo con lo que todos mis alumnos, amigos, conocidos y parientes me han machacado siempre el yunque de mi oido, haciendo uso de eso que los anatomistas han dado en llamar «martillo» pero que no se parece en nada a un martillo real; por supuesto que el yunque tampoco se parece en nada a un yunque, pero no hay nada por hacer contra la imaginación de esos grandes estudiosos de la anatomía.
Océano de alegría
El cielo brilla, limpísimo, de azul. Envuelve el astro máximo y ofrece su calma ancestral a quien desee admirarlo. Perfección profunda, inmensa, infinita, inmaculada.
Sueños de infancia
Un niño juega en la tierra. Sus rodillas están negras, así como sus manos. Apenas lleva un corto pantalón, sin camisa ni remera. Pero es el más feliz en el Universo. Ha desplegado un impresionante trabajo de ingeniería para «fabricar» su sueño: su propia estancia.
Con palitos, prolijamente cortados todos de la misma longitud, ha creado las cercas formando lotes. Los galpones para guardar los camiones, los tractores y los autos, están hechos con palos más gruesos, y una tabla fina como techo.