Vivir mejor

Para sentirse mejor no es necesario nada mágico, ni especial, ni extraño. Simplemente se trata de seguir algunos consejos básicos generales, que son ofrecidos por cualquier profesional, religión o método de autoayuda.

Alimentación

Una dieta de 1500 calorías es beneficiosa para la salud y ayuda a envejecer más lentamente. Moderación en las comidas, dejar ese «lugar sin llenar», aprender a detenerse cuando ya estamos satisfechos, pero el cerebro dice «un plato más, está demasiado rico». Mi bisabuelo aconsejaba «quedarse con un poquito de hambre». Ayuda a bajar la panza, a sentirse mejor, evitar la pesadez después de comer y los malestares estomacales.

En la dieta se deben incluir frutas y verduras de colores vivos, así como cereales integrados. Variedad, preferir lo natural a lo procesado. Hoy día hay dietéticas que ofrecen verduras y frutas orgánicas -producidas sin pesticidas y fertilizantes- que permiten disfrutar otra vez de los sabores, olores y placeres de los productos reales de la huerta.

También el pescado es preferible a la carne. Quizá también sea mejor la variedad, comer un día a la semana carne, o dos, pescado otros dos días, y el resto fruta y verdura. Sopas, licuados hechos en casa, evitar los productos «listos para preparar» que vienen en sobres y latas: generalmente están repletos de conservantes y químicos innecesarios para el cuerpo.

Actividad física

Hacer ejercicio físico de acuerdo a la edad: caminar, subir escaleras, deportes o ejercicios sencillos. La práctica de algún método de meditación, religioso o no, es excelente para mejorar la sensación de bienestar y casi todos los indicadores de salud, especialmente los relacionados con el sistema cardiorrespiratorio. Se pueden conseguir en cualquier librería muchísimos libros con diferentes técnicas de meditación, como yoga entre muchos otros, que ayudan mental, física y espiritualmente a sentirse mejor.

Reír y pensar en forma optimista

Es fundamental tener la mente ocupada en pensamientos positivos. La mente ejerce un papel determinante en el buen funcionamiento y el tratamiento de cualquier enfermedad.

Aprender a dejar pasar los enojos, resolver los problemas que se puedan resolver cuanto antes, y aceptar aquellos que no puedan ser resueltos. Actividades sociales, amigos, reuniones, culturales, son excelentes para mantener el ánimo, y ayudar a eliminar el estrés de cada día.

Cuidar en forma equilibrada y coherente las relaciones familiares y sociales, fomentando el espíritu positivo, de sincero interés, de alegría y bienestar en terceros es excelente para mejorar la propia salud, a la vez que la de ellos.

Muchos pensadores recomiendan cumplir promesas, resolver cuestiones pendientes y tareas de todos los días sin dejarlas para después. El dicho «no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy» no es algo trivial, sino un consejo imprescindible para sentirse realizado.

Actividad mental

Relacionado con el punto anterior, es imprescindible mantener una memoria y un funcionamiento cerebral activos. Se logra con el desarrollo de actividades intelectuales y trabajos que ejerciten la curiosidad y actividad cerebral. Leer, estudiar, mantenerse informado de avances científicos, técnicos y culturales. Jugar cualquier juego de mesa con otras personas, especialmente aquellos que requieran «poner a funcionar la maquinaria cerebral»: ajedrez, adivinación de palabras, desafíos intelectuales y culturales.

Escribir poesía, prosa, cuentos, ideas, proyectos. No sólo ejercita la mente sino que estimula la creatividad, mejora la autoestima y el humor.

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