Ser mejor

Durante años he pensado, creído y actuado en consonancia con el deseo de ser mejor «que» otras personas.

Desde adolescente, una ridícula arrogancia por considerarme mejor que otras personas me llevaba por el camino del desprecio, o la desaprobación de algunos de mis pares, o de sus actos.

El correr de las experiencias ha logrado enseñarme que ser mejor es una expresión que carece de un significado absoluto. Se es mejor o se es peor según la perspectiva desde la cual se realice la evaluación.

Quizá lo verdaderamente mejor sea aprender a aceptar en la gente aquellas cosas que nos molestan, de la misma manera que por naturaleza aceptamos aquellas que nos parecen agradables.

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